Si algunos usaran todo el ingenio que poseen para hacer algo de provecho en lugar de para infligir la ley, otro gallo cantaría. Y es que es asombrosa la capacidad que tiene el ser humano para idear estrategias perfectas cuando se encuentra en momentos de crisis. Pongámonos en situación. Hace escasos días dos personas británicas fueron arrestadas en Reino Unido por pretender viajar al extranjero con unas pertenencias algo especiales: una bolsa de palos de golf en la que en las varillas de los driver, hierros, maderas y putters escondían en total la friolera de ¡17 kilos de cocaína!
Sí, 17, lo que supondría en el mercado negro unas tres millones de libras -3,64 millones de euros a cambio-. Tony Bayne, de 52 años, y Taher Najmzadeh, de 54, fueron pillados in fraganti cuando tenían como destino la isla caribeña de Curaçao, algo que llevaban haciendo ininterrumpidamente desde julio de 2012 como parte de su estrategia de contrabando.
“Obviamente se van a enfrentar a sustanciales penas privativas de libertad”, afirmó el juez Neil Sanders que, como la fiscal Catalina Pattison, destacó el ingenio llevado a cabo por los detenidos. “El método implementado con el uso de bolsas de golf es absolutamente ingenioso, porque cualquier persona despistada en la aduana o en el control de fronteras no hubiese sospechado nunca de alguien que lleva consigo sus palos. Ahora bien, ellos no estaban ni remotamente interesados en jugar un partido de golf”, sentenció.
Ambos sospechosos habían sido reclutados para viajar tanto a Curaçao como a grandes ciudades europeas, incluyendo Salzburgo, París, Lille o Bruselas. De momento se encuentran en la cárcel a la espera de que sean juzgados por la corte de Snaresbrook por un delito de contrabando de sustancias ilegales y contra la seguridad pública. Y a buen seguro que se pasarán una larga temporada en la sombra.