Desde el Wyndham, amigos para siempre. Esta frase podría resumir lo ocurrido circustancialmente entre Sergio García y David Faircloth , un ‘caddie’ local que trabajó durante cinco días a las órdenes del castellonense.
García acudió al Wyndham sin su nuevo ‘caddie’, el sustituto del ya despedido Glenn Murray, y contrató a uno del campo. Nunca habían hablado antes de cerrar el acuerdo. El lunes, jefe y empleado eventual eran ya una piña.
Pocas palabras, lecturas perfectas de unos ‘greens’ que el ‘caddie’ conocía como la palma de la mano y oficio fueron los ingredientes que este hombre experto aportó a Sergio, para que el español rompiera una racha de más de 4 años sin ganar en el circuito estadounidense.
Para García fue la gloria, el trofeo, los 936.000 dólares de premio y la clasificación automática en la Ryder Cup. Para Faircloth, el 10 por ciento de las ganancias, unos 93.600 dólares.