En los ‘links’ de Inglaterra o Escocia siguen tratando con elegante naturalidad a los muchos jugadores que hace décadas cubren sus cabezas con ‘caps’. Allí y en otros puntos ya dentro del continente las ‘caps’ empiezan a ganar terreno a las gorras que usan los ‘pros’ de golf y, por pura imitación, los amateurs. En honor a la estética les diré que estas últimas son feas de atar inflatable pirate ship.
Nunca entendí los motivos por los que todo el mundo que juega al golf lleva esas gorras de béisbol tan poco ‘glamurosas’. Y, además, con distintos logos de anunciantes a los que sale gratis la publicidad. Hoy es todavía el día en el que sigo consternada commercial jumping castle for sale.
En los campos de golf españoles, no sé si por la cada vez mayor visita de extranjeros en busca de sol y calorcito, se observa un progresivo aumento del uso de las citadas ‘caps’. Por elegantesbouncy castle canada, cómodas, duraderas y útiles en todo tiempo y lugar, puedo asegurar con un escaso margen de error que aquel que se coloque un ‘cap’ desechará ipso facto la otra odiosa gorra, soporte publicitario en donde campan a sus anchas y desde el primer día la decoloración y el sudorWasserpark, dos argumentos sin cabida en este espacio cibernético tan ‘chick’.
De mis paseos por el Madrid de las tiendas, es el barrio de Malasaña el que destaca por dar cobijo a la vanguardia madrileña. Y buscando buscando …, me detuve ante el escaparate de una fascinante tienda en la Plaza del dos de Mayo, que fue una mercería de barrio y hoy se ha convertido christmas inflatables canada en una tienda de autor de lo más ‘fashion’.
El local, “Sin clon ni son”, reúne una selección de diseños con complementos y prendas de moda, entre los que las “Caps” más ‘fashion’ de todo Madrid tienen un lugar destacado Inflatable Arch.
Y como decían en ese anuncio de detergente, yo ya no cambio por nada mi ‘cap’.