Florentyna Parker gana el Mediterranean Ladies Open mediante un ejercicio de supervivencia. Superó en playoff a Anna Nordqvist y Carlota Ciganda tras una jornada de infarto
La inglesa Florentyna Parker realizó un extraordinario ejercicio de supervivencia para ganar el Mediterranean Ladies Open, el paso obligado para superar escollos crecientemente grandes en un torneo excepcional donde dos españolas, Carlota Ciganda y Azahara Muñoz, acariciaron el triunfo hasta el mismísimo apoteósico final.
Florentyna Parker ofreció resistencia numantina para alcanzar la cima, nada menos que cuatro hoyos de desempate ante la sueca Anna Nordqvist, otro ejemplo de roqueña fortaleza roto finalmente a base de machacona perseverancia.
El objetivo, previamente, parecía impracticable para cualquiera de ellas gracias a la sensacional actuación de cuatro jugadoras que ofrecieron un espectáculo digno de elogio a lo largo de 18 hoyos finales absolutamente taquicárdicos.
La tensión, creciente, se palpaba en cada hoyo, en cada golpe, en cada lectura de green o evaluación del viento, tensión a flor de piel que alcanzó su máxima cota cuando a Carlota Ciganda se le escapó la gloria por apenas un par de centímetros.
Hoyo 18, magnífico golpe de salida y más magnífico aún golpe de aproximación que, desde unos 50 metros, deja la bola a apenas un metro de bandera. La navarra, apretada por sendos birdies asombrosos de Anna Norqvist y Florentyna Parker en ese mismo punto, tenía en su mano ganar el que hubiese sido su primer título profesional en España, un sueño deshecho por apenas dos centímetros, los que se desvió la bola de su objetivo y que propició un playoff a tres bandas de tintes dramáticos.
No en vano, el escenario adquirió otra vez matices auténticamente trágicos, tres propuestas maravillosas e idénticas que en sólo dos golpes dejaron las tres bolas, de nuevo, a apenas un metro del hoyo. Tanta era la angustia y la presión que incluso un árbitro tuvo que dictaminar quién de las tres tiraba primero tras discernir, por apenas unos centímetros, las distancias respectivas a bandera.
Acierto de Florentyna Parker, fallo de Carlota Ciganda, acierto de Anna Nordqvist, así fue la secuencia de un drama que inglesa y sueca mantuvieron durante otros tres hoyos más, un desempate largo para poner punto y final a un torneo de ensueño.
Antes de tan asombrosa resolución, la jornada final del Mediterranean Ladies Open fue un relato de sensaciones extraordinarias. Que los últimos 18 hoyos iban a ser de infarto era una apuesta segura a pesar de que a primera hora de la mañana la inglesa Melissa Reid campaba a sus anchas con 4 golpes de ventaja sobre las segundas clasificadas por aquello de que en la jornada anterior, resuelta mediante 9 bajo par –récord del campo–, se había mostrado simplemente intratable.
No obstante, esos cuatro golpes de renta se deshicieron como un azucarillo en tan solo cuatro hoyos, dos errores propios y dos aciertos ajenos que, combinados, permitieron a Azahara Muñoz dar caza a la líder destronada.
La incertidumbre, disparada desde ese mismo momento, se incrementó incluso más por la esperada irrupción de otras jugadoras con capacidad más que sobrada para sumarse a la batalla, caso de Florentyna Parker, Carlota Ciganda y Anna Nordqvist, todas ellas en un literal pañuelo en cuanto las dos primeras, al unísono, cometieron bogey en el hoyo 7.
Así las cosas, lo que al principio era cosa de una se transformó, en apenas un suspiro, en una lucha encarnizada y multitudinaria por el título, de una intensidad sísmica como consecuencia de los continuos aciertos de unas y otras, propuestas ganadoras que encontraban inmediata réplica, tiras y aflojas que llevaron a tres de ellas a jugarse el todo o la nada en apenas un par de centímetros, esos que descabalgaron a Carlota Ciganda de la gloria y que acabaron encumbrado a Florentyna Parker.