Impresionante. Este es el adjetivo que mejor define lo vivido en la última jornada sobre la hierba de Bay Hill. Y es que hacía mucho tiempo que el circuito norteamericano no vivía un domingo tan emocionante con hasta tres jugadores luchando por la victoria hasta el último golpe.
Al final, los pequeños detalles han marcado la diferencia y ha sido el australiano Jason Day (-17) quien ha sumado su octavo triunfo en el PGA, una victoria que tiene un sabor especial al haber conseguido dominar el evento de principio a fin –segunda vez en los últimos seis meses tras el BMW Championship de septiembre de 2015-.
Lejos de haber cuajado una de sus mejores actuaciones, al golfista oceánico le valieron dos toques de su inmensa calidad. El primero en el par 3 del hoyo 17 –la tercera bandera más difícil de toda la semana-. Aquí, el aussie consiguió un birdie que tuvo un enorme impacto en la lucha final debido a que en ese mismo instante Kevin Chappell (-16) –el hasta ese momento líder indiscutible- no pudo salvar el par en el último hoyo del campo. Así pues, el putt de casi 4 metros dio un cambio drástico en la clasificación, colocándole al frente.
El segundo de estos golpes de magia, en el 18 –el más difícil-, con una fantástica sacada de bunker que hizo estallar en aplausos a los presentes. Jason Day es, probablemente junto a Mickelson, McIlroy y Schwartzel uno de los mejores del mundo en la arena y hoy volvió a hacer gala de esta distinción dejándose un putt de escaso metro y medio para sentenciar el campeonato.
Eso sí, pocos minutos antes Henrik Stenson (-14) y su compañero de partido Troy Merritt (-14) se encargaron de dejarle vía libre al mandar sendas bolas al agua en el 16 y en el 18, respectivamente.
De esta manera Jason Day tuvo el honor de estrecharle la mano a Arnold Palmer y sumar su decimotercera victoria como profesional –octava en el PGA-, además de obtener el botín extra de adelantar en la clasificación mundial al norirlandés Rory McIlroy en el segundo puesto.
Un McIlroy (-6) que, por cierto, hoy volvió a dar la de cal entregando la mejor tarjeta del día junto a Aphibarnrat y Villegas con siete golpes por debajo del par del campo–dos eagles y cinco birdies incluido- y maquilla un poco una actuación que no perdurará durante mucho tiempo en la retina de los aficionados.