Fantástico. Espectacular. Superlativo. Se nos acaban los adjetivos para describir la gran actuación de Rafa Cabrera-Bello sobre la hierba del Austin Country Club de Texas. Y es que el jugador español no se conformó con minar la moral del surcoreano An en octavos, sino que además hizo suya la venganza de Sergio García ante Ryan Moore y, en un partido que controló en todo momento, accedió a las semifinales del WGC-Dell Match Play, segundo campeonato del mundo del año.
Allí se verá las caras el domingo por la mañana –tarde en España- con el sudafricano Louis Oosthuizen, el encargado de acabar con la paciencia de Jordan Spieth y, dicho sea de paso, con su número uno del mundo. Pero eso es harina de otro costal. Ahora lo más importante es celebrar una victoria que vuelve a colocar a España en el centro de todas las miradas del golf mundial. Austin ha descubierto al gran público a un gran jugador de Match Play, y esto no pasará inadvertido para Darren Clarke, capitán del equipo europeo de la Ryder Cup.
Hoy ha vuelto a evidenciar este dominio de la situación en su enfrentamiento con Moore, el que fuera verdugo de Sergio en el hoyo 18 de su encuentro en la fase de grupos. El grancanario tomó ventaja en el hoyo 1 y, a partir de aquí, hizo lo que mejor sabe hacer: aprovechar los pocos fallos que le concedía su rival y, sobre todo, administrar una renta que se tornó insalvable para el estadounidense conforme pasaban los hoyos y comprobaba cómo una vez tras otra el español le cerraba la puerta de la recuperación.
2&1 arriba y el domingo espera Louis Oosthuizen, el ganador de la Jarra de Clarete en el año 2010 y gran protagonista del día al dejar en la cuneta al héroe local, Jordan Spieth, por un resultado de 4&2. La derrota en la primera ronda eliminatoria del texano dejó vía libre para que Jason Day, en el caso de acceder a “semis”, tomara el testigo como nuevo número 1 del mundo. Y vaya si lo hizo.
El australiano derrotó a Brooks Koepka por 3&2 y se jugará un puesto en la gran final contra el número 3, el norirlandés Rory McIlroy, que dio buena cuenta del también norteamericano Chris Kirk y venció por un incontestable 4&3.
Rafa Cabrera-Bello vs. Louis Oosthuizen, por un lado. Por el otro, Jason Day vs. Rory McIlroy. ¿Quién da más?