El golfista australiano es un hombre feliz en estos momentos. Hace solo unas horas se proclamó campeón del WGC-Dell Match Play disputado en Austin (Texas), un resultado que tuvo como colofón final una subida hacia el número 1 mundial.
El aussie es, a día de hoy, uno de los grandes reclamos de este deporte, y su sola presencia intimida a sus rivales. Pero no siempre fue así. De hecho, hace apenas cinco años estuvo cerca de dejarlo, según manifestó hace unos días en una entrevista concedida a David Feherty en Golf Channel -y que se emitió al otro lado del charco el pasado lunes-.
En ésta, el jugador nacido en Beaudesert repasa toda su trayectoria hasta el momento. Su primera victoria en el Byron Nelson Championship de 2010, sus lágrimas al acordarse de su hermana y su madre en el green del hoyo 18 de Whistling Straits después de coronarse campeón del PGA Championship… Pero lo que más impresionó de todo el coloquio fue cuando habló de los días previos al Masters de Augusta del año 2011, la que fue su primera aparición en Georgia.
“Tenía muchas ganas de dejar de jugar”, afirmó. “No estaba atravesando por un buen momento sobre los campos de golf y creí que dejarlo era lo mejor”. Feherty, aturdido por tal afirmación, preguntó: “¿Estabas pensando realmente en irte antes de disputar el Masters?” “Sí”, contestó Day sin vacilar. “De hecho, yo no iba a jugar esa semana, iba a tomarme unos días para reflexionar”.
El resto de la historia ya lo conocen. Consiguió el segundo puesto en el Augusta National –solo por detrás del sudafricano Charl Schwartzel-, y a partir de aquí vivió una subida fulgurante que culminó en un magnífico 2015 y un enorme comienzo de 2016. Por primera vez, Day llega a Georgia como gran aspirante a enfundarse la Chaqueta Verde, veremos en unos días cómo le sienta la presión.