Qué grande es esto del golf. No es ninguna tontería cuando afirmamos que la cabeza lo es todo en este deporte y una vez más se ha vuelto a demostrar, esta vez sobre la hierba del Augusta National.
¿Cómo si no explicar que en un abrir y cerrar de ojos Jordan Spieth (-2), quien dominaba el torneo por cuatro golpes de ventaja a falta de nueve hoyos, haya podido venirse abajo de la manera en la que lo ha hecho?
Y no solo eso. También se dio la casualidad de que, en el momento en que peor lo estaba pasando el texano, llegó la enorme reacción del inglés Danny Willett (-5), que empezó a golpear como los ángeles sabiendo que tenía grandes posibilidades de hacerse con su primera Chaqueta Verde en su segunda participación sobre la hierba de Georgia. Y así fue finalmente.
Todo comenzó en el hoyo 10. El estadounidense marchaba con siete golpes por debajo del par del campo cuando se enfrentó al archiconocido Camellia. Allí, un golpe de approach que acabó en bunker limitó sus posibilidades y no pudo convertir el putt desde casi 4 metros para firmar el par.
Más de lo mismo en el 11, aunque esta vez con la salida desde el tee, que le llevó a pegar su segundo golpe desde la zona de árboles. Pese a ello, un tercer impacto poderoso le dejó la bola en franquía para lograr el par y disipar fantasmas. Dos metros y medio separaban su bola del agujero. Pero falló. -5 y Willett que firmaba el birdie en el 13 para situarse a solo dos.
Y entonces llegó el fatídico 12. En un giro inesperado de los acontecimientos en este par 3, Spieth envió la bola al agua desde el tee. Pero no contento con esto volvió a encontrar el líquido elemento una segunda vez. El público que abarrotaba el complejo no podía creérselo.
El número 2 del mundo acababa de firmar un cuádruplebogey y desperdiciaba la gran ventaja con la que contaba hacía apenas unos minutos. El resto ya se lo pueden imaginar. El intento de volver a coger el ritmo resultó en vano y, por primera vez en las últimas 8 rondas del Masters, Spieth se quedó fuera del liderato.
A sus 28 años y en su segunda participación en Augusta, Danny Willett suma su primer Major –un abril para recordar después del nacimiento de su primer hijo hace apenas diez días- y se convierte en el segundo inglés tras Nick Faldo en enfundarse la Chaqueta Verde y el primer europeo en levantar el trofeo desde que lo hiciera Chema Olazábal en 1999.
Otro de los que tienen motivo para la alegría es Rafa Cabrera-Bello (+4), que sumó su primera jornada bajo par para encaramarse al T17 en su debut en el primer Grande de la temporada, un extraordinario resultado que intentará extrapolar al Open de España la próxima semana. Sergio García (+8) también firmó en la tarjeta el negativo y se despide de Augusta con un buen sabor de boca.