Spieth: “Fue un swing malo en un mal momento. Mandé la bola al agua y encadené error tras error”

Jordan Spieth es consolado por su caddie. Foto: Master.com

Durante algunas horas el golfista texano ha sido señalado por miles de personas en las redes sociales como el principal –y único- culpable de todo lo que sucedió en la cuarta jornada del Masters de Augusta. Sin quitarle un ápice de mérito a Danny Willett quizá tengan mucha razón, pero el escarnio público al que se ha visto sometido el actual número 2 del mundo no tiene ni pies ni cabeza.

Desde fotos donde se le podía ver cerca de romper a llorar a vídeos en los que, con la música de Sound of Silence de Simon & Garfunkel de fondo, el atleta narraba lo sucedido antes de enfundarle la Chaqueta Verde al nuevo Maestro en Augusta.

Es por esto que multitud de personas han estimado conveniente hacer un alegato en las mismas redes sociales a favor de Spieth, un golfista único –no hay más que ver sus resultados en las tres participaciones en el Augusta National: subcampeón, campeón, subcampeón- y al que todavía le queda mucho recorrido en el mundo del golf para llegar a ser uno de los más grandes. A fin de cuentas, ¡solo tiene 22 años!

Una edad que se vio reflejada tanto en los nervios tras el bogey en el hoyo 11 como, sobre todo, en el 12, donde perdió toda posibilidad de repetir título. Pero no solo aquí, los 22 veranos salieron a relucir también en la entrevista de los compañeros de la CBS momentos después de finalizar su ronda, en la que se vio a un Spieth cerca de las lágrimas.

Aun así, el jugador de Dallas no perdió la compostura, y demostró que es un grande tanto dentro como fuera del campo dando una lección de entereza: “Hice un swing muy malo desde el tee en el hoyo 12. Fue un golpe malo en el momento equivocado. Tras esto fui encadenando error tras error”, analizó el norteamericano sobre su odisea en el par 3. “Me voy muy triste. Fueron 30 minutos muy difíciles que ojalá no se vuelvan a repetir, pero tengo la confianza de seguir hacia adelante y lograr nuevas metas”, afirmó.

De esto último no le cabe duda a nadie. La grandeza de un campeón es levantarse en los momentos más duros, y a buen seguro que Spieth lo conseguirá.