Aunque no lo crean, en estos momentos existe una persona en el mundo del golf mucho más feliz que el reciente Maestro en Augusta Danny Willett. Se trata del norteamericano Bryson DeChambeau –el científico loco de este deporte-, que amén de convertirse hace unos días en el mejor amateur sobre la hierba del Augusta National, tiene un motivo más que de sobra para volver a sonreír: Jon DeChambeau, su padre, ha encontrado meses después un donante de riñón.
El benefactor es Mike Watney, tío del jugador del PGA Nick Watney y un viejo amigo de la familia. La magnífica noticia ha pillado a todos por sorpresa, incluso al propio Jon, que el jueves tuvo que someterse durante cinco horas a un proceso de diálisis para poder asistir el viernes en directo a la magnífica actuación de su hijo.
“Con Bryson jugando tan bien y estando ya tan cerca de convertirse en profesional, sabía que Jon necesitaba un poco de ayuda para poder disfrutar de esta nueva etapa de su vida”, reconoció el propio Watney, que quiere huir de todo reconocimiento como héroe. “Siento que las personas deberían ayudarse las unas a las otras cada vez que pudieran”, continuó.
A sus 56 años, la situación del progenitor del golfista se estaba tornando muy grave. Hace 25 años se le diagnosticó diabetes, fue sometido a una cirugía de bypass doble en 2014 y, durante el pasado año, se le amputaron los dedos de su pie derecho en unas cuantas intervenciones más. Un angustioso contexto que se tornó en drama tras comunicarle los médicos que sus riñones habían dejado de trabajar. Desde ese momento comenzó una cuenta atrás que no se ha detenido hasta esta semana.
“Mike ha reunido el valor suficiente para salvarme, le estaré agradecido por siempre. Ha ayudado a prolongar mi vida durante unos cuantos años más”, afirmó Jon, que coincidió por primera vez con Watney en el Belmont Country Club de Fresno, lugar en el que DeChambeau padre tenía varios títulos y en el que Watney ejercía como entrenador asistente. Desde este momento se fraguó una unión que ha tenido hace unas horas su punto culminante.
“Ayudar a un amigo es lo menos que puedo hacer. Para mí no ha sido, en absoluto, una decisión difícil”, puntualizó Watney, quien está pendiente de someterse a las pruebas pertinentes para poder confirmar tanto su compatibilidad como un día para la operación. Esto sí es que es ganar un Major y lo demás son tonterías.