Esta historia podría tener una de esas moralejas que dice algo así como: quien juega a la ruleta tiene tantas posibilidades de ganar como de perder -bueno, a decir verdad, en esta ocasión había un mayor porcentaje de éxito que de fracaso, pero seguro que el caddie de Martin Kaymer no piensa lo mismo-. Y es que, en la previa del The PLAYERS Championship que se disputa esta semana en Ponte Vedra Beach (Florida) multitud de caddies y unos pocos golfistas se jugaron el pago de la tradicional cena a la ruleta… Y le tocó al compañero del teutón.
Y no era precisamente una cena barata. El lugar elegido fue el Ruth’s Chris Steak House, cerca del TPC Sawgrass. Las botellas de vino y la comida pasaban por toda la mesa como si se tratara de uno de los banquetes que organizaba el detective Hércules Poirot en las novelas de Agatha Christie. Chuletas, entrecots, costillares… No faltó de nada. El problema vino después, a la hora de pagar.
Todos, por unanimidad, decidieron que asumiría el coste de la cuenta quien saliera “agraciado” por el juego de la “credit card roulette” –ya saben, todos meten su tarjeta de crédito en una gorra y la mano inocente del camarero decide el afortunado ganador-. Y el seleccionado fue Craig Connelly.
Si ya acudir a este restaurante en solitario es algo perjudicial para el bolsillo, imagínense tener que pagar por todos. Así pasó minutos después, que mientras la cara del caddie de Kaymer era todo un poema, otros –como es el caso de Justin Rose- se aprovecharon sacándose fotos hablando sobre el banquete y “maldiciendo” la mala suerte del “hombre Wee”. Esperemos que todavía le quede algo de dinero del triunfo de Kaymer en el The PLAYERS de hace dos años, porque si no se acordará de este momento durante las próximas semanas.