El pasado sábado nos despertábamos con una de las noticias más tristes del mundo del deporte en los últimos años: Muhammad Ali, el boxeador más grande de todos los tiempos y una de las figuras más importantes del siglo XX debido a su influencia en la política y en las luchas sociales a favor de la población afroamericana y del Islam, fallecía en Phoenix (Arizona) a la edad de 74 años tras una vida dedicada al deporte y a los demás.
The Greatest, -El Más Grande-, apodo con el que fue conocido durante toda su vida, se ganó el respeto de todo un país no solo en el cuadrilátero –donde se pudieron ver algunos de los combates más espectaculares de la historia del boxeo, como el del año 75 en Kinsasa, cuando un denostado por la prensa Ali noqueó al entonces invicto George Foreman para revalidad el título mundial de los pesos pesados-, sino también por su activismo social a favor de la población negra y de estar en contra de una guerra como la de Vietnam, para la que se declaró objetor de conciencia.
“Yo no tengo ningún problema con los Vietcong, porque ningún Vietcong me ha llamado nigger*”, espetó en una ocasión al no aparecer ante la insistente llamada del ejército norteamericano. Esta osadía le transformó en un icono del internacionalismo hasta en lugares donde el boxeo era algo desconocido, llegándosele a considerar el primer gran defensor de los derechos civiles en Estados Unidos, incluso unos años antes de que lo hiciera Martin Luther King.
Es por esto que hablar de Ali es hablar de todo un mito, un icono a uno y otro lado del charco, pero mucho más en su país natal. Es por esto que el mismo sábado, cuando los golfistas se fueron enterando de la trágica noticia, todos quisieron rendir un sentido homenaje en las redes sociales al boxeador que “volaba como una mariposa y picaba como una abeja”.
“Tú siempre serás El Más Grande por algo más de lo que hiciste sobre el ring. Un campeón para tanta gente y de tantas maneras”, escribió en Twitter Tiger Woods, una de esas personas a las que les marcó su primer encuentro con Ali. Pero no fue al único.
“Tuve el placer de conocer a The Greatest durante una Ryder Cup. Un caballero increíble y una enorme inspiración. RIP”, dejó en las redes sociales el inglés Justin Rose.
Smylie Kaufman, en cambio, prefirió adornar su recuerdo con una de sus célebres citas: “He luchado contra un cocodrilo, me he peleado contra una ballena, he encerrado rayos y truenos en una prisión… Descanse en paz el más grande de la historia”.
El próximo viernes, el mundo entero tendrá la oportunidad de rendirle un sentido homenaje en su Louisville natal, donde también acudirán celebridades como Bill Clinton o Billy Crystal. Lo que nadie podrá olvidar nunca es su fuerza y su legado. Que la tierra le sea leve.
“Me gustaría que se me recordara como el hombre que ganó el título de pesos pesados tres veces, que tenía humor y que trató a todo el mundo bien. Como un hombre que nunca miró por encima del hombro a quienes lo miraban con admiración y que ayudó a todas las personas que pudo. Como un hombre que defendió sus creencias sin importarle las consecuencias. Como un hombre que intentó unir a toda la humanidad mediante fe y amor. Y si todo esto es demasiado, entonces creo que me conformaría con ser recordado solo como un gran boxeador que se convirtió en un líder y campeón de su gente. Y no me importaría siquiera si la gente olvidara lo guapo que fui”.
*palabra despectiva para referirse a la población negra