Hace poco más de un año dábamos cuenta del negocio en el que se había convertido el recoger bolas de golf del fondo de los lagos, 150 mil $ al año: Las pelotas de golf se convierten en el nuevo “oro blanco” para los buceadores lo titulamos.
En ese mismo artículo ya decíamos que «Pero ojo, no es oro todo lo que reluce. Este trabajo tiene sus peligros, y si no que se lo digan a Jacques van der Sandt, el buceador que fue asesinado por un cocodrilo mientras recuperaba pelotas de golf en un parque natural de Sudáfrica».
Pues bien, 13 meses después de haber contado esto otro buceador ha perdido la vida. En esta ocasión ha sido en Ohio, en uno de los lagos del Dogwood Hills Golf Course en Waverly. Allí un veterano buceador, Charles Hill de 63 años encontró la muerte de forma trágica mientras realizaba un trabajo que desempeñaba habitualmente en varios campos de la comarca.
El hijo de Charles informó a la policía sobre el mediodía del martes preocupado ante la desaparición de su padre, hora y media más tarde encontraban el cuerpo a unos dos metros y medio de profundidad en mitad del lago sin signos de violencia.