Desde hace unas horas el mundo del golf y, sobre todo, el cuerpo técnico del equipo europeo de la Ryder Cup se hace la misma pregunta: ¿Podremos contar con Stenson para la cita de Hazeltine? Y lo cierto es que todavía es muy pronto para saberlo con exactitud. El reciente campeón del Open Championship y subcampeón olímpico tuvo que retirarse tras firmar el jueves en The Barclays una tarjeta con 74 golpes, tres impactos por encima del par del campo en un día en el que no pudo dar lo mejor de sí y acabó sufriendo con tres bogeys, un doblebogey y hasta un triplebogey.
¿El motivo? Un dolor insufrible en su rodilla derecha. “Lamentablemente, tengo que retirarme esta semana para someterme a una resonancia magnética y poder ver los siguientes pasos a seguir. Mi rodilla derecha, la misma de la que fui operado en diciembre del año pasado, se ha vuelto a inflamar”, confirmó el golfista escandinavo al PGA Tour tras entregar la cartulina -cabe recordar que hace ocho meses entró en quirófano para intentar reparar los daños en su menisco, que necesitaba urgentemente un proceso de reconstrucción-.
No es la primera vez durante esta temporada que el sueco tiene que finalizar su participación en un evento antes de que éste termine. Ya ocurrió en Oakmont, en la disputa del US Open, cuando “unas pequeñas molestias” le llevaron a abandonar Pittsburgh (Pensilvania) sin avisar a nadie de la organización en lo que todo pareció tratarse de unas rencillas con la USGA por la manera en la que éstos últimos habían manejado los retrasos por las lluvias en el primer día de competición. Sin embargo, esto parece más serio.
Así pues, hasta comienzos de esta próxima semana, una vez que el sueco sea sometido a las pruebas pertinentes, no tendremos más información sobre el tema. De producirse la baja sería una gran pérdida para el combinado capitaneado por Darren Clarke, que no podría contar con uno de los jugadores más en forma de todo el continente.