¿Quién dijo que no se podía llegar a la élite si no mamas el deporte desde bien pequeño? Esta es una historia que demuestra que con mucho esfuerzo, trabajo y sacrificio una persona puede lograr lo que se proponga aun habiendo empezado en la tarea a una edad tardía. El ejemplo más claro lo tenemos en el californiano Nicholas Lindheim, jugador del Web.com que hace solo unos días se aseguró la tarjeta del PGA para la próxima temporada después de haber recogido los dólares suficientes para ser uno de los 25 golfistas que se han ganado el derecho a participar junto a los mejores en solo unos meses. ¿Lo curioso? Que a los 18 años apenas podía diferenciar un hierro de una madera.
Si con 18 años golfistas como Tiger Woods o Jordan Spieth ya habían recogido trofeos y trofeos en las categorías inferiores del golf, a Nicholas Lindheim (Mission Viejo, 1984) ni se le hubiera ocurrido pensar que su vida se iba a encaminar por estos derroteros. Sin embargo, poco a poco le fue picando ese famoso gusanillo del que todos hablamos y, de pronto, se encontró con que a los 21 años se acababa de convertir en profesional. Empezó, pues, su lucha en la búsqueda de patrocinadores y de ir ganándose la fama suficiente para ir recibiendo alguna que otra invitación.
Así, fue jugando en los minitours y en cualquier otra oportunidad que le iba surgiendo, hasta que explotó en 2014 con una victoria en el PGA LA en Colombia que le dio el billete para el Web.com, la segunda categoría del golf estadounidense. Lo que nunca iba a pensar es que dos años más tarde –y tras sumar su primer triunfo en este circuito en el Utah Championship- iba a finalizar en el puesto número 23 de la lista de ganancias y a asegurarse una tarjeta como miembro de pleno derecho del PGA para el curso 2016/2017.
“Puedes hacerlo”, repitió con insistencia Lindheim tras ganar el pasado mes de julio en Utah. “No vuelvas a pensar que no se puede. Nunca supe si alguna vez llegaría a este punto, pero siempre creí en mis posibilidades. Solo cree en ti mismo y todo puede suceder”. Un gran espejo en el que reflejarse.