En apenas tres semanas estas gradas se teñirán de Ryder. Con el equipo europeo ya al completo, el combinado capitaneado por el norirlandés Darren Clarke tratará de devolverle la gloria al viejo continente y sumar la que sería su cuarta edición consecutiva alzándose con el trofeo. No será nada fácil, pues enfrente estarán algunos de los mejores jugadores del mundo. Los Jordan Spieth, Dustin Johnson, Phil Mickelson y compañía intentarán por todos los medios que la copa se quede en casa. Y parte de su éxito vendrá del apoyo de los aficionados.
Es por esta razón que la organización de la Ryder Cup ha estado trabajando para ofrecer un espectáculo nunca visto desde el tee de salida del hoyo 1 de este Hazeltine National de Minnesota. Si ya les pareció una grandísima idea la ampliación de la grada de Gleneagles hace dos años, van a disfrutar muchísimo con ésta.
Y es que una grandísima estructura en forma de “L” rodeará a los jugadores cada vez que salgan a competir en sus partidos, recibiendo todo el cariño por parte de los aficionados… o los abucheos. Lo cierto es que ya no podemos esperar mucho más para que todo eche a rodar. Ya hay ganas de Ryder.