Hay golfistas que nunca le estarán lo suficientemente agradecidos a sus caddies: les asisten cuando les hacen falta, les asesoran en momentos de duda y arriman el hombro en los batacazos. Es por esto que noticias como ésta hablan de la gran importancia que tienen estas personas en el juego –mucho más allá de llevarles la bolsa a sus jefes-. El asunto es que acabamos de conocer que durante la pasada temporada Rory McIlroy tuvo un gran gesto con JP Fitzgerald, su caddie de toda la vida. Para precisar un poco más, este gesto tuvo lugar una vez que el norirlandés se llevó el Tour Championship y, con él, la FedEx Cup.
Su último triunfo dejó 11,5 millones de dólares en la cuenta del deportista del viejo continente, una cantidad elevada que decidió compartir con su caddie. Y es que pese a que está estipulado que los caddies se lleven en torno a un diez por ciento de las ganancias del jugador durante el torneo, no hay nada escrito sobre el tema de los bonus. La decisión en este tema compete exclusivamente al jugador. Y aquí hay de todo. Desde golfistas que prefieren guardárselo todo en el bolsillo hasta deportistas que, como en el caso de Rory, tienen un detalle para agradecer los servicios prestados.
Así pues, el norirlandés convirtió a Fitzgerald en millonario en un abrir y cerrar de ojos tras ingresarle el diez por ciento conseguido por el bonus, es decir, un millón de dólares. “Supe que había recibido el dinero cuando JP me dejó una nota en la que ponía gracias”, explicó el jugador. “Creo que sus palabras exactas fueron algo así como que un tsunami acababa de golpear su cuenta bancaria. Ese dinero es suyo, se lo merece tanto como yo. Estaba conmigo cuando era el 210 del mundo y también cuando subí a la cima. Mis éxitos son los suyos”, puntualizó el europeo.
Para que se hagan una idea. El millón de dólares con el que Rory obsequió a Fitzgerald hubiesen convertido a éste en el número 102 de la lista de ganancias del PGA Tour durante el pasado curso. Nada mal para tratarse de un caddie.