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España ocupa el podio después de haber aguantado estoicamente las embestidas danesas. Foto: @WorldCupGolf
Segunda jornada completada en la Copa del Mundo y segunda alegría para la pareja española formada por Rafa Cabrera-Bello y Jon Rahm, que siguen aspirando a todo después de llegar al ecuador de la competición.
La Armada sigue consolidada en el podio de este Kingston Heath Golf Club de Melbourne (Australia) después del primer encuentro con los fourball, de donde salió con seis birdies y solo un bogey para ocupar en estos momentos la tercera posición en solitario, a un golpe de los chinos Haotong Li y Ashun Wu y a cuatro de los daneses Soren Kjeldsen y Thorbjorn Olesen, que han demostrado que son temibles cuando cogen dinámica positiva.
España llegaba a la hierba del complejo oceánico con el deber de demostrar que lo vivido en el foursome no era casualidad. Y tenía la oportunidad de hacerlo en el último turno del día ante los franceses Victor Dubuisson y Romain Langasque -quienes a la postre calcaron los guarismos de los nuestros con siete birdies y dos bogeys-. Se antojaba una empresa difícil mantenerse en lo alto de la clasificación, sobre todo por el excelso nivel dado por todas las parejas en el día y por el comienzo dubitativo de los nuestros con ese bogey en el 3. Sin embargo, hasta aquí llegaron los errores en el día.
El grancanario y el vizcaíno engrasaron la maquinaria y poco a poco fueron llegando los birdies, media docena en los 13 primeros hoyos. En este momento, España ya conocía el resultado histórico de los daneses con esos 60 golpes, un doce bajo par sin fallos –ocho birdies y dos eagles tuvieron la culpa- que les aupaban a lo alto de la tabla después de no haber podido pasar del par en el foursome. Así es el golf, con días en los que ni el viento supone un obstáculo cuando se está tocado por la varita de la diosa fortuna.
Pero pese a la mejor exhibición dada por una pareja en una ronda de la Copa del Mundo en toda la historia los nuestros no se desanimaron y con un gran approach de Rafa en el 18 se salvó el par para dejar todo por jugar a falta de 36 hoyos, con un golpe de ventaja sobre Italia (Francesco Molinari-Manassero), Inglaterra (Wood-Sullivan), Estados Unidos (Fowler-Walker) y Francia.
