Una jornada más y Tiger sigue demostrando que todavía puede dar muchas alegrías en este deporte. No por la ronda en sí, que acabó con 70 golpes –dos por debajo del par del campo-, sino por las sensaciones que desprendió durante buena parte de su recorrido. Y es que, como sucediera el pasado jueves, el californiano tuvo un inicio de vuelta rozando la perfección. Cinco birdies en sus siete primeras banderas así lo atestiguan –seis en el acumulado en sus once primeros hoyos-. Sin embargo, y como también ocurriera durante las primeras horas sobre la hierba del Albany GC, el final de vuelta ha resultado ser un auténtico chasco en comparación con su excelente inicio.
Nunca llueve a gusto de todos, que diría el refrán, y si no que se lo digan a Tiger. Marchaba cinco bajo par en el día, integrando uno de los primeros tres puestos de la clasificación cuando, de repente, el castillo de naipes que había construido este sábado se le vino abajo en un suspiro. Dos bogeys consecutivos en los pares cuatro del 13 y el 14 y, sobre todo, un doblebogey en el 18 después de mandar en su segundo golpe la bola al agua dieron al traste con cualquier posibilidad de pelear por las primeras plazas del evento.
Aun así, todavía no está todo el pescado vendido y el podio es factible a tenor de lo que ha demostrado en algunas fases de esta jornada del movimiento. Eso sí, lo tiene muy pero que muy complicado para atrapar al nipón Hideki Matsuyama (-19), que ha vuelto a volar en este Hero World Challenge y con un eagle, siete birdies y dos bogeys pone tierra de por medio en el evento al aventajar en siete golpes al sueco Henrik Stenson (-12) y al estadounidense Dustin Johnson (-12).