Sean O’Hair, Hunter Mahan, Justin Rose, Tiger Woods, Lee Westwood… Sean Foley ha dedicado toda su vida a la enseñanza, a demostrar a través del trabajo cómo cualquiera puede mejorar su swing siguiendo una rutina de trabajo poco repetida en el golf hasta la llegada de Bryson DeChambeau. “Sean no me mira como si fuera un golfista, sino que lo hace desde una óptica biomecánica, como si fuese un atleta. Él me dijo que no me iba a ayudar a conseguir un swing bonito, pero sí efectivo. Hay muchos instructores que se esfuerzan en plasmar la belleza en el golpe, Sean es más pragmático. Es de las cosas que más me gustan de él”, confirmó un día el propio Rose.
Y los resultados saltan a simple vista. Todos los que han necesitado su ayuda han experimentado una gran mejoría en su juego. Ahora, tras más de dos décadas dedicadas al trabajo junto a profesionales, su esfera de influencia dará un giro para ofrecer todos sus servicios a jugadores júnior y así poder moldearlos desde la base, algo que podría evitar que tomaran vicios innecesarios desde un primer momento. “Esta es una grandísima oportunidad en mi vida”, comentó en una entrevista un entusiasmado Foley.
“He trabajado con júniores durante muchos años y siempre ha sido una faceta a la que me hubiese gustado dedicarme por completo. Por cuestiones de agenda me ha sido imposible compatibilizar hasta la fecha el entrenamiento con jugadores del PGA Tour y con los más pequeños, pero esto cambiará dentro de poco. Todavía continuaré trabajando junto a profesionales, pero sentía que era el momento de emprender este camino”, sentenció el popular instructor, que en las próximas semanas oficializará la apertura de la Foley Performance Academy, una academia ubicada en el centro privado de EaglesDream, en el área metropolitana de Orlando (Florida).
Después de todo es un área de trabajo que no le pilla de nuevas al profesor de Ontario, que durante los últimos trece años se ha encargado de la preparación de la Canadian Junior Golf Association y de mostrar sus dotes de enseñanza en la Core Golf Junior Academy del Orange County National. Aunque sí será su proyecto más ambicioso, pues su visión “global” podría acoger a numerosos chicos venidos de todas partes del mundo. Eso sí, sin salirse un ápice de uno de sus mantras: contar con un número de golfistas tal que permita la total interacción y dedicación entre el instructor y el jugador.