Hace unas semanas les dimos las primeras pinceladas del ambicioso proyecto de golf que se estaba preparando en Chicago, la ciudad del viento, y que tenía a Tiger Woods plenamente involucrado –a fin de cuentas su empresa será la encargada de llevarlo a la práctica con el apoyo del alcalde de la ciudad y de Barack Obama-. En esta noticia les hablamos de las bondades del proyecto que buscaba restaurar los campos públicos de Jackson Park y de South Shore para ponerlos al alcance de los ciudadanos. Sin embargo, desde que se diera a conocer el plan multitud de personas han saltado a los medios de comunicación criticando una campaña que se ha llevado a cabo de espaldas a todos los habitantes de la propia ciudad.
“El proyecto del campo de golf frente al lago ha sido concebido y planeado, en gran medida, fuera de la vista del público”, escribió la periodista Kathy Bergen a través del Chicago Tribune. “Multitud de asociaciones se quejan de que la comunidad no ha tenido voz en una reestructuración tan significativa del suelo público. Esto por no hablar de que el plan también ha planteado una serie de preguntas relacionadas con su viabilidad, el impacto económico en las áreas limítrofes y con los usuarios que llevan disfrutando de las instalaciones desde hace años”, sentenció.
En esta misma línea apunta Margared Schmid, coordinadora de la Jackson Park Watch, la asociación vecinal de la zona de la ciudad en la que están proyectados los complejos. “Las personas que han elaborado el plan han estado trabajando en ello muchísimos meses sin importarles lo más mínimo nuestra opinión. Y de repente lo muestran y nos dicen con sorna que nos encantará”, sentenció Schmid. ¿Problemas, pues, en la puesta en práctica de lo anunciado? De momento no, aunque comenzar con la opinión pública en contra no es lo más deseable para un proyecto de este calibre.