El jugador de Barrika (69 golpes, -6) no ha dicho todavía su última palabra en este Farmers Insurance Open. Ni mucho menos. El vizcaíno, con otra ronda con tres golpes por debajo del par, se ha colocado en el vagón de cabeza y puede ser uno de los tapados para lograr su primera victoria en el circuito norteamericano. Aunque no lancemos las campanas al vuelo todavía, pues los tres golpes de desventaja que lleva respecto a los líderes, unido al gran pelotón situado en la parte de arriba de la tabla, hacen de la misión una auténtica proeza que se debe practicar con precisión milimétrica.
Muchos lo descartaron en las primeras horas del evento, cuando un par en los primeros 18 hoyos le obligó a hacer un vueltón el viernes para estar el fin de semana. Sin embargo, si por algo se ha caracterizado durante todos estos años la etapa universitaria del vizcaíno es por no perderle nunca la cara a un torneo, aunque éste le dé la espalda. Y gracias a ello basa la mayor parte de su éxito. Bueno, por eso y por su extraordinaria calidad, de la que ha hecho gala en la jornada sabatina.
Cuatro birdies y un único bogey han sido los números del deportista español, unos guarismos que le hacen situarse en el T13 en estos momentos a solo tres impactos de los estadounidenses Patrick Rodgers (67 golpes, -9) y Brandt Snedeker (70 golpes, -9), flamantes líderes en Torrey Pines después de desbancar al inglés Justin Rose (73 golpes, -7), quien se ha marchado a Casa Club con un golpe por encima del par.
Eso sí, si algo va a tener los últimos 18 hoyos son cambios de posición, pues hasta 17 golfistas están en apenas tres golpes de distancia. De esta manera, los Finau (67 golpes, -8), Pat Pérez (67 golpes, -7), Jonas Blixt (69 golpes, -7) o Paul Casey (68 golpes, -6) todavía tienen posibilidades de hacer grandes cosas en San Diego.