Jugar al Golf en condiciones climatológicas adversas es de las cosas más desagradables que le pueden suceder a un jugador sobre el campo. Frío, viento, niebla –que se lo digan a quienes disputaron el Pro-Am de Pebble Beach durante su segunda jornada- son solo algunos de los fenómenos meteorológicos que pueden contribuir a que la vuelta se vaya a unos guarismos más altos de los habituales. Sin embargo, no todo son malas noticias. También se puede aprovechar este mal tiempo para, con un poquito de imaginación, jugar con viento a favor.
Esto es lo que se propuso este golfista sobre la hierba del Golf Club Spillern austríaco. En pleno invierno centroeuropeo, y aprovechando que el obstáculo de agua estaba congelado, se aprovechó de esta circunstancia para que la bola botara con fuerza y se quedara a solo un palmo de bandera. A grandes males, grandes remedios.
