Suena a película pero, ¿se imaginan que un trabajador de un campo de Golf está años y años estafando a su propio Club y nadie se imagina qué puede estar pasando con el dinero? Pues no se trata de un filme, sino de la vida misma.
Ha ocurrido en Australia, donde el Rossdale Golf Club denunció a uno de sus empleados por estafarle ¡más de 300 mil dólares en los últimos años! Unas pérdidas millonarias que han llevado al complejo oceánico incluso a tener que vender parte de su terreno para hacer frente a las deudas que se acumulaban mes a mes.
Los inicios de esta historia se remontan al año 2014, momento en el que el campo, advertido por la falta de liquidez que llegaba a las oficinas pese a haber actividad diaria en los greenes, decidió abrir una investigación interna para buscar los responsables de esta anomalía. Y lo hallaron en Sharon Breyiannis, una directora financiera a la que pillaron in fraganti cometiendo todo tipo de tropelías: desde malversar las cuotas de afiliación, pasando por quedarse el dinero de los green fees hasta acabar incluso por el recaudado en la tienda del club. Vamos, el manual del delito.
Estas acciones la acabaron llevando a juicio ese mismo año, llegando a ser condenada a la cárcel si en el plazo de tres años no satisfacía su deuda con sus antiguos jefes. La sentencia quedaba ahí –llegando a ejecutarse hace unas horas al cumplirse el pazo para el pago de la deuda sin haberlo abonado la inculpada-, pero esto le produjo al complejo unas pérdidas cuantiosas en concepto de imagen.
Socios que se fueron, jugadores que no volvieron a pisar el campo… En definitiva, que el déficit ha sido tal que la organización del Rossdale Golf Club ha tenido que vender parte de sus terrenos para hacer frente a las deudas a corto plazo. Menuda gracia.