Con compañeros como estos, ¿quién necesita enemigos? Esta misma frase se debió repetir para sí mismo una y otra vez el golfista sudafricano, que ha visto peligrar su defensa del título en el Innisbrook Resort de Palm Harbor (Florida) después de que este miércoles sufriera una lesión ¡producida por un aficionado durante la disputa del Pro-Am! Sí, dicho así suena de lo más ridículo, pero es que la escena no es para menos. Y para colmo todo sucedió en el hoyo 1, cuando apenas les había dado tiempo a Charl Schwartzel y al norteamericano James Hahn –su pareja de baile en esta cita- de dar un par de golpes.
La acción, según contó momentos después el propio deportista nacido en Johannesburgo, tuvo al infortunio como principal aliada. Y es que uno de los disparos del amateur que se encontraba integrado en el grupo rebotó contra un árbol y salió despedido a una velocidad endiablada, golpeando en una de las muñecas de Schwartzel. El ganador del Masters de Augusta en 2011, lejos de retirarse en esos momentos, continuó jugando otros nueve hoyos, hasta que el dolor y la hinchazón hicieron inviable otra acción que no fuera la huida hacia Casa Club.
“He jugado al Golf durante 28 años y nunca había sido golpeado por una bola… Hasta hoy”, comentó a los periodistas el jugador de 32 años. “Ha sido un golpe de mala suerte, de muy mala suerte. Solo espero que no sea grave porque anímicamente me encuentro muy bien y tengo buenas sensaciones de cara al torneo. No desearía tener que ausentarme del campeonato por una lesión tan tonta”, sentenció.
Ahora pónganse por un momento en la piel del aficionado, que lleva a cabo un gran desembolso para jugar entre cuerdas y lo primero que hace es lesionar al defensor del título. Un tierra trágame en toda regla.