Gran trabajo el llevado a cabo durante este viernes por el golfista madrileño, que por fin volvemos a verle sonreír en el mejor circuito del mundo. Gonzalo Fernández-Castaño (69 golpes, -5) ha puesto fin a una racha de tres eventos consecutivos en los que no había conseguido alcanzar el fin de semana –desde que comenzó la temporada ha conseguido cuatro cortes en sus diez campeonatos jugados- y se ha colocado en el vagón de cabeza, a solo cuatro golpes del Top 10 y con unas sensaciones inmejorables para afrontar con garantías los últimos 36 hoyos en este Puerto Rico Open.
Ya iba siendo hora de ver al miembro de la Armada con una sonrisa de oreja a oreja al ir al entregar la tarjeta. Y es que después de lo vivido este viernes no es para menos. El español, que debió estar concentrado en todo momento por los continuos amagos de suspensión -conatos que por fin darían con la interrupción cuando al español le quedaban tan solo tres hoyos para finalizar la ronda- erró más en sus golpes a la calle, pero su precisión con los hierros hizo que no se despegara de la zona noble en toda la ronda y neutralizara el bogey con el que se despidió de la primera jornada en la bandera que le quedaba pendiente.
Tres birdies y, sobre todo, ni un solo error son los elementos con los que el capitalino busca postularse a obtener un buen resultado sobre la hierba de este Coco Beach, un campo que le puede dar una buena cantidad de dólares con los que empiece a encarrilar la renovación de la tarjeta. Aunque para eso todavía queda un poco, y primero se las tendrá que ver con la triple entente que en estos momentos forman los estadounidenses Bill Lunde (Hoyo 15, -11), DA Points (69 golpes, -11) y Bryson DeChambeau (65 golpes, -11), que como el español también salió al campo en el turno de mañana y, a diferencia de muchos, sí que pudo finalizar sus 18 banderas antes de que la oscuridad se adentrara en el complejo.