Había empezado muy bien la semana con ese cinco bajo par que campeaba en su marcador el viernes, pero poco a poco fue apagándose la llama que portaba el madrileño Gonzalo Fernández-Castaño (71 golpes, -5) en este Puerto Rico Open, donde al final se ha tenido que conformar con un T62 que le reportará unos cuantos miles de dólares, pero insuficientes para lo que tenía en mente en su intento por renovar la tarjeta del PGA Tour una temporada más. Y es que en esta semana, con todos los pesos pesados destinados en Austin, era esencial una gran participación en el Coco Beach, pero tendrá que seguir intentándolo.
Y eso que este domingo, a diferencia del sábado, convirtió hasta cinco birdies, una cantidad que le permitió acabar con números en negativo pese a acumular cuatro bogeys en la tarjeta. Y ese fue precisamente el gran problema: los fallos, que le lastraron hasta el punto de quedarse sin opciones de alcanzar el Top 20 en sus primeras nueve banderas, de las que salió con un golpe por encima del par. 57,14 por ciento de calles cogidas y un 55,56 por ciento de greenes en regulación tomados fueron sus estadísticas esta ronda dominical, lejos de la perfección mostrada solo 24 horas antes.
Así pues, el deportista madrileño que se ha tenido que conformar con el ya mencionado T62, a quince golpes del norteamericano DA Points (66 golpes, -20), que suma su tercera victoria en el PGA Tour tras el Pro-Am de Pebble Beach del año 2011 y del Houston Open de 2013, una victoria a la que va aparejada la exención en el circuito durante los tres próximos años. Y lo ha hecho aprovechándose de esta experiencia, logrando cuatro birdies en sus seis últimos hoyos. Tras él, el sudafricano Retief Goosen (64 golpes, -18) y sus compatriotas Bryson DeChambeau (67 golpes, -18) y Bill Lunde (68 golpes, -18) compartieron el segundo escalón del podio.