De carácter privado y con cerca de 2000 socios, sus cuidadas instalaciones lo convierten en una de los más destacados, tanto de la Comunitat Valenciana como del resto de España.
Posee servicios complementarios para el socio como gimnasio, guardería, canchas de tenis y piscina. Sus 27 hoyos le permiten combinar tres recorridos diferentes donde conjugar la técnica con la potencia a la hora de golpear la bola.
Los recorridos se encuentran protegidos por una consolidada y densa masa forestal y la presencia del agua en una buena parte de los mismos le proporciona un aliciente especial.
Los nueve hoyos que dan personalidad y tradición a la zona de la Masía se caracterizan por su orografía plana. Para sacarles rendimiento hay que inclinarse por el golpe técnico. Dos lagos de buena presencia entran en juego en los hoyos 5, 6, 8 y 9. Si la cabeza puede con el corazón el agua no penaliza sino que por el contrario contribuye a dar ritmo y belleza al recorrido ya de por si agraciado por la abundante vegetación.
Los nueve hoyos que conforman los lagos están marcados por el agua. Agua frontal y agua lateral que afecta a cinco hoyos. El hoyo 8 un par 3 de 160 metros, es conocido por “El demoni”. El agua se encuentra en el lateral derecho y lo acompaña del tee al green. De gran dificultad puesto que a medio recorrido y por el lado izquierdo también esta el agua, un gran bunker protege además al green. El jugador seguro de sus posibilidades tirará a green y el que sea consciente de sus limitaciones puede optar por un golpe medio y entrar de dos en green antes que mandar la bola al lago.
Los lagos existentes en este campo se han convertido con el paso del tiempo en parajes protegidos debido a la gran variedad de aves acuáticas que encontramos en los mismos.
Los últimos nueve hoyos incorporados al campo se conocen por “Los Nuevos”. Un recorrido con orografía más ondulada y con tres pares 5 por largos donde llegar de tres a green es todo un éxito para el jugador amateur. No hay agua aunque las impresionantes vistas a la Sierra Calderona contribuyen a la belleza de una parte de este recorrido. Los greens se encuentran ligeramente en alto aunque sin ofrecer excesivas dificultades para entrar en los mismos. Los bunkers son grandes y siempre entran en juego tanto para el jugador amateur como profesional.
Carlos del Moral ha crecido en este club hasta hacerse profesional y en noviembre de 2008 consiguió la tarjeta del circuito europeo para 2009.