Si ya a algunos sacar la bola del bunker a la primera nos parece un ejercicio de superación digno de comentar a amigos y familiares, imagínense lo que sería llevar la bola fuera de la arena e introducirla directamente en el agujero… o levantarla y realizar otro golpeo de espaldas para llevarla a la cazoleta, como hace nuestro siguiente protagonista. Desconocemos el número exacto de intentos que necesitó para conseguir la hazaña, pero desde luego que se cubrió de gloria. ¡Menudo up & down!