Dice el refranero popular que madre no hay más que una. Ella es capaz de aguantarnos tal y como somos, con nuestras filias, nuestras fobias… Y nuestra mala leche. Y si no que se lo digan al chino Haotong Li, que en la primera jornada del Open de Francia vivió en primera persona lo que es que su progenitora se juegue un chapuzón en uno de los lagos de Le Golf National para darle a su hijo una lección de buenos modales.
Todo sucedió cuando el golfista asiático cometió un bogey en el par 3 del hoyo 11. Frustrado, al deportista no se le ocurrió otra cosa que partir su putter en dos y tirarlo al agua, con tal mala suerte de que se quedó flotando. Y 20 minutos después allí estaba su madre, que no se debió enterar de que lo único que había sobre la superficie del agua era el grip del palo.
Tardó un poco, iba paso a paso, con el agua cubriéndole hasta las rodillas y con las algas y demás flora marina rozándole hasta que se percató de que solo iba a poder conseguir una de las dos partes del palo, hecho que seguramente aumentó el enfado de la mujer Eso sí, las risas que se echaron en el green Tyrrell Hatton, Thomas Pieters y Alex Noren viendo la escena no están pagadas con nada.
Even the players had to laugh ? pic.twitter.com/ROHqKmOCXk
— The European Tour (@EuropeanTour) 29 de junio de 2017