Tiger completa el “programa intensivo” en una clínica y afronta con optimismo su recuperación

El californiano, que solicitó ayuda profesional para recuperarse de su adicción a los analgésicos, continua con el proceso de rehabilitación de la última intervención de espalda

El californiano agradeció a amigos, familiares y aficionados el apoyo recibido en los últimos meses. Foto: @TheOpen

Por fin el californiano va viendo la luz al final del túnel. Tras una gran fuerza de voluntad al reconocer que necesitaba ayuda profesional para hacer frente a su adicción a la medicación que le recetaron los médicos para poder sobreponerse a su última operación de espalda, Tiger Woods ha pasado una de las pruebas más duras desde que comenzara su rehabilitación. Y es que como él mismo reconoció el pasado lunes a través de un mensaje en su perfil de Twitter, ha completado con éxito “un programa privado intensivo” que le permitirá dejar a un lado la dependencia a los analgésicos, lo que le acabó provocando, además, un trastorno del sueño.

“Voy a seguir abordando esto en el futuro con mis médicos, familiares y amigos. Estoy muy agradecido por todo el apoyo que he recibido por parte de aficionados y jugadores”, sentenció el 14 veces ganador de Major en su tweet. Se trataba de un momento complicado en la vida del golfista estadounidense, pues más allá de su vuelta o no a los campos –que no se daría hasta el próximo año y que de momento se encuentra en punto muerto- estaba en juego su calidad de vida, como reconoció en una entrevista reciente su agente Mark Steinberg.

A pesar de que Tiger inició la temporada con muchas ganas e incluso llegó a participar en varios eventos tanto del PGA Tour como del European Tour, las tres operaciones previas que tenían como objetivo calmar los dolores de espalda no dieron resultado. Fue por esto que hace dos meses se sometió a su cuarta operación en los últimos tiempos. En esta, lejos de las últimas microdiscectomías, todos los esfuerzos se centraron en aliviar la presión sobre el nervio ciático.

A pesar del “éxito” con que la definió el propio jugador, toda recuperación lleva su tiempo y un proceso adaptado a cada caso. Y aquí es donde entró en juego el famoso incidente del californiano con la policía y su coche parado en el margen de una carretera cerca de su casa de Júpiter (Florida). A raíz de esto, Woods vio que necesitaba ayuda. Esta fue la primera piedra de un proceso que tiene que dar con el norteamericano disfrutando de nuevo sobre un campo de Golf.