No todos los días vemos superar el récord de un campo con solera dentro del planeta Golf. Pero, además, si el registro lo completa un jugador amateur todavía clama más al cielo. Esta semana hemos sido testigos de esta proeza a cargo de Hurly Long, un jugador senior de Texas Tech que el pasado sábado generó unos números para la posteridad en California. Este estudiante alemán afincado en Estados Unidos hizo 61 golpes en uno de los lugares más famosos de este deporte como es Pebble Beach, destrozando las cartulinas que en su día entregaron Tom Kite y David Duval.
Representando a los Red Raiders en la Carmel Cup, su vuelta sabatina tuvo emoción hasta última hora, pues para consumar el récord tuvo que convertir un putt de casi catorce metros en el 17 y otro de tres metros y medio en el 18 y así sellar una tarjeta que es todo amor, con diez birdies, un eagle y solo un bogey.
“Esto es muy surrealista”, atinó a decir el protagonista de esta historia a PebbleBeach.com. “Todavía no he asimilado lo que he conseguido. Pebble Beach es un lugar muy especial para los amantes de este deporte. Estaba hablando de esto mismo con mis compañeros de equipo. Y es que una vez conseguido aquí el récord, ¿dónde más podrías desear batir el registro? ¿En el Augusta National? Es un tremendo honor”, sentenció el joven jugador.
Y, aunque pueda parecer mentira, la hazaña no le sirvió para conseguir holgadamente el triunfo individual en el torneo. Pues las otras dos rondas de 69 y 67 impactos le obligaron a enfrentarse a Hayden Wood –de Oklahoma State– en un PlayOff en el que ahí sí que se acabó imponiendo en la primera bandera.
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