Con asiduidad solemos escuchar la célebre cita que califica al Golf como un deporte de caballeros. Sin embargo, en ocasiones, esta frase se pone en entredicho como consecuencia de la actuación de algún que otro energúmeno que puebla ya no solo los campos, sino los clubes de medio mundo. Y si no que se lo digan a la policía de St. Ives, en el condado de Cornualles, que sufrió de lo lindo los improperios, las patadas e incluso los mordiscos de un grupo de miembros del West Cornwall Golf Club británico al tener que mediar en una pelea durante una fiesta privada en un hotel.
Los hechos se produjeron el pasado viernes, cuando los socios del mencionado club se encontraban inmersos en una fiesta privada en las instalaciones del Tregenna Castle Hotel, en el suroeste de Inglaterra. De repente, y por circunstancias que todavía se desconocen, se desató una trifulca de grandes dimensiones por la que los empleados del hotel se vieron obligados a llamar a las autoridades, según detalla el CornwallLive.com.
La policía acudió al lugar y entonces se desató el fin de fiesta. Y es que a la “pelea” por la que fueron requeridos, se le unió la tensa pugna con algunos de los protagonistas por evitar que fueran detenidos los organizadores de esta rave improvisada. Así, un oficial recibió “un puñetazo mientras se encontraba practicando primeros auxilios a un hombre herido, mientras otro fue mordido por una mujer mientras intentaba detenerla”, según comunicaron a las autoridades al citado diario.
En total, tres agentes sufrieron algún tipo de lesión, mientras que dos personas fueron arrestadas. Un resumen que habla a las mil maravillas de otra gran cita que dice que hasta las mejores fiestas pueden acabar en desgracia.