Cameron Tringale jugaba el hoyo 18 en el RSM Classic donde necesitaba de un eagle si quería pasar el corte en St. Simons Island después de anotar birdie en el 15, 16 y 17. El milagro, que parecía difícil, estuvo a punto de convertirse en realidad tras un bote de mucha suerte en el rough con el que a punto estuvo de embocar y con el que se quedó con la miel en los labios.