El momento que recoge la foto será inolvidable para Rory McIlroy, el norirlandés de 23 años y el segundo golfista más joven en llegar a la cima mundial, por detrás de Tiger Woods (1997, con 21 años y 24 semanas). Fue el instante en el que se convirtió en el mejor golfista del planeta. Veintiocho días después, Rory ha vuelto a sentarse en ese trono.
McIlroy ganó el 5 de marzo el Honda Classic y le arrebató la corona la inglés Luke Donald. Las mieles del triunfo le duraron al joven norirlandés 14 días, puesto que Donald, el 19 de marzo, se adjudicó el Transitions en California y le devolvió al seguno peldaño.
Pero lo que son las cosas inexplicables del sistema de puntuación del ránking mundial: Donald no pudo acabar en el octavo puesto o mejor del reciente Heritage, en Carolina del Sur, y McIlroy, sin jugar, vuelve al puesto más alto del escalafón 28 días después de su ascenso.
El surafricano Louis Oosthuizen se elevó hasta el duodécimo puesto, por ganar en el Open de Malasia.
Entre los españoles Sergio García mantiene su vigésimo primera plaza y mejor español en la tabla; Quirós baja al 37º; Fdez.-Castaño al 53º y Jiménez al 58º; mientras que Rafa Cabrera es el único de los nuestros que gana posiciones al pasar del 67º al 61º, camino de poder meterse entre los 50 mejores del mundo de continuar con su excelente momento de forma. Larrazábal, también entre los 100 del mundo pierde un puesto y desciende al 85º.