Con una camiseta de su universidad con el número 42 (en homenaje a la ex estrella de fútbol del Estado de Arizona y veterano caído en Afganistán, Pat Tillman) y un golpazo desde 115 metros con una velocidad de bola de 158 kilómetros por hora y una altura de más de 32 metros, Jon Rahm, envuelto en el espíritu de Jon Rahmbo, ponía el emblemático hoyo 16 del TPC Scottsdale, el coliseo del golf mundial, patas arriba. Un birdie, el penúltimo de la jornada, que lo colocaba en la primera fila de la parrilla del Phoenix Open.