Numerosa representación española la que ha acudido esta semana a Arizona para la disputa del Bank of Hope Founders Cup, el primer torneo de la LPGA en los Estados Unidos en el año 2018 después de la gira iniciada en Asia y Australia. Y, aunque todas nuestras compatriotas iniciaron con buen pie sus rondas, solo Carlota Ciganda (71 golpes, -1) y Beatriz Recari (71 golpes, -1) han podido entregar tarjetas en negativo y en estos momentos serían las únicas que accederían a las dos últimas jornadas.
Pero tampoco seamos alarmistas, que queda la jornada del viernes y todas han dado sobradas muestras de que pueden hacer el corte sobre la hierba del Wildfire Golf Club de Phoenix -en especial las dos jugadoras navarras-. De hecho, ambas deportistas clavaron sus números por lo que respecta a la relación birdies-bogeys con tres aciertos por dos fallos -las dos llegaron a colocarse en algún momento con dos bajo par-.
La actuación de las pamplonicas fue como dos gotas de agua, quedándose con un interesantísimo 10/14 en el apartado de calles cogidas y sintiendo una mínima diferencia en cuanto a los greenes en regulación -mientras que Ciganda alcanzó 12 de 18, Recari acertó uno más-. Aun así, ambas se sitúan en el T31, quedándose a dos golpes de los diez primeros lugares de la clasificación y a cuatro tanto de la surcoreana Chella Choi (67 golpes, -5) como de la francesa Kariner Icher (67 golpes, -5), quien buscará tomar el relevo de Anna Nordqvist como campeona del evento.
En cuanto al resto de nuestras compatriotas, Azahara Muñoz (73 golpes, +1) se queda a las puertas de hacer el corte después de un aparatoso final en el que consumó dos bogeys en las dos últimas banderas para hacer desaparecer de su cartulina el signo positivo que llevaba hasta ese momento. Algo similar ocurrió con Luna Sobrón (74 golpes, +2) y con María Hernández (74 golpes, +2), quienes vivieron un momento tenso en la octava y novena bandera del campo llegando en negativo y tendrán que remontar si no quieren marcharse del evento antes de tiempo.