El golfista malagueño se convirtió este pasado domingo en el cuarto jugador de la historia de nuestro país tras Seve Ballesteros, José María Olazábal y Sergio García en conquistar un Grande. Su sencillez, carisma y talento natural se lo llevaban mereciendo mucho tiempo
Cuenta la leyenda que el Champions Tour es un circuito en el que hay una feroz guerra de todos contra todos y en el que la gran mayoría de veces gana Langer… Hasta este pasado domingo. Porque Miguel Ángel Jiménez llenó de color el Regions Tradition, el primero de los cinco Major de la temporada en el circuito senior, para dar una nueva alegría a España en un fin de semana cargado de muchas emociones. Un triunfo que le hace entregar a Andalucía, a sus 54 primaveras, su primer Grande. Y no será porque no lo hubiese intentado hasta ahora.
El Pisha acumulaba hasta nueve Top 10 en Grandes a lo largo de toda su carrera contando el Masters de Augusta -cuatro ocasiones-, US Open -firmó un sucampeonato en el 2000, año en que Tiger Woods se salió del mapa aventajando en quince golpes a sus perseguidores-, British -finalizó tercero en 2001 a cuatro impactos de David Duval– y PGA Championship, a los que por supuesto hay que sumarle los seis Top 5 desde que se unió al Champions Tour.
Toda una locura de estadísticas que se acrecentan si tenemos en cuenta las numerosas distinciones y la enorme vitrina de trofeos que atesora -los 21 eventos ganados en el European Tour, sus 7 en el Asian y los 5 en el Champions Tour así lo atestiguan-. Sí, ha tardado en llegar, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Jiménez nunca le perdió la sonrisa al Golf y este ha sabido recompensárselo con una de las mayores alegrías de toda su carrera deportiva. Porque la ronda puede salir mejor o peor, pero el puro y el sentido del humor son innegociables en su esquema.
