En el mundo del deporte es muy difícil -por no decir imposible- alcanzar la excelencia, la perfección. Sin embargo, Justin Rose se quedó esta semana muy cerca de lograrlo con su excelsa actuación en el Colonial CC durante su participación en el Fort Worth Invitational. El inglés fue un martillo pilón desde el jueves y con dos rondas en 66 -jueves y sábado- y otras dos en 64 -viernes y domingo- se quedó a tan solo un impacto de haber puesto su nombre al lado del récord del campo a 72 hoyos -que en estos momenots ostenta Zach Johnson con 259-.
Parecía que no iba a llegar nunca, pero el campeón olímpico ya es historia para su país. Con su novena victoria en el PGA Tour ha igualado los números de toda una leyenda como Nick Faldo y esta semana podría incluso mejorarlos en el Memorial para ascender al número 1 mundial. Aunque no adelantemos acontecimientos y quedémonos con una exhibición en Texas que ha hecho a muchos preguntarse si estamos ante la mejor participación de toda su carrera. Por números no será.
Rose cogió 57 de 72 greenes en regulación siendo con mucha diferencia el mejor jugador de tee a green. Pero no solo eso, el británico también sobresalió en las inmediaciones de bandera, donde convirtió 25 birdies. Y lo más importante: no se puso nervioso ante nada ni ante nadie. Y no fue porque Brooks Koepka, su compañero de juego durante los últimos 18 hoyos, no lo intentara. El estadounidense se fue hasta los 63 golpes el domingo con un acierto inusitado con el putter, pero Rose ya había dejado todo visto para sentencia para evitarse disgustos.
“Brooks aguantó mucho. Me impresionó la manera en la que batalló en los metros finales. Daba la sensación de que cada bola que tocara en green iba a ser birdie, así que eso me hizo no relajarme en ningún momento. Sabía que tenía que seguir jugando de manera agresiva si quería llevarme el triunfo”, confesó el británico en la rueda de prensa posterior.
“Fue impresionante la forma en la que Justin jugó durante todo el día. Nunca retrocedió ni dio la oportunidad de que alguien pudiese meterle mano”, argumentó Koepka. Y todo esto a un par de semanas del US Open, donde el vigente campeón y el europeo serán algunos de los rivales a tener en cuenta.