Por si no hubiésemos tenido ya suficiente con la odisea que se ha producido en este último mes en algunos de los torneos de la LPGA -el Volunteers of America se terminó por jugar a 36 hoyos y el Kingsmill a 54 debido a la meteorología-, el US Women’s Open que se disputa esta semana sobre la hierba del Shoal Creek de Alabama corre el riego de unirse a la fiesta por culpa de la tormenta subtropical Alberto, que nació en el Golfo de México el lunes y se dirige sin solución de continuidad allá donde tendrá lugar el torneo.
Los funcionarios de la USGA, como medida preventiva, decidieron retrasar en un principio la entrada de los espectadores al mediodía del martes, pero en vista de que las cosas no tenían pinta de mejorar optaron por lo más práctico: cancelar todas las rondas de práctica del martes y ver cómo se desarrolla todo el miércoles. Ahora bien, el miércoles no es que las cosas vayan a estar mucho mejor dando un vistazo al parte. Siguiendo los datos que maneja la organización, existe de un 40 a un 60 por ciento de posibilidades de que llueva durante todo el día, algo que se agrava del jueves al domingo.
Y es que por si fuéramos pocos, llegan las tormentas eléctricas junto a temperaturas que sobrepasarán los 30 grados. La organización se enfrenta aquí a una problemática, pues mucho sol haría que se secara antes el campo pero podría provocar más tormentas. Menudo follón, ¿verdad? Y más que va a haber conforme vayan pasando los días, pues la campeona en 2007, Cristie Kerr, ya ha comunicado a medios como Golf Channel que el lift, clean and place –el poder limpiar la bola tras cada golpe- es la única solución pese a las reticencias de la USGA.
“Van a tener que hacerlo. El campo está completamente empapado. Hay charcos por todos lados. Alrededor de los greenes existe muchísimo fango. Hay zonas donde es literalmente imposible marcar la bola”, explicaba la campeona estadounidense. Tanto ha sido el revuelo que se ha formado que a la organización no le ha quedado más remedio que mandar una nota informativa en la que se explicaba el enorme trabajo que están llevando a cabo los empleados para que el evento pueda disputarse y dejando la puerta abierta a que puede imperar el comentado lift, clean and place.