Vuelco en la clasificación con motivo del transcurso de una accidentada segunda jornada en el Muirfield Village de Ohio. De los dos hispanohablantes que ocupaban la primera plaza al término de los primeros 18 hoyos tan solo ha resistido las embestidas el rookie chileno Joaquín Niemann (68 golpes, -11), quien incluso ha llegado a los dobles dígitos negativos después de entregar una cartulina con siete birdies y tres bogeys para seguir coliderando la tabla -eso sí, esta vez con el local Kyle Stanley (66 golpes, -11), autor de una de las mejores actuaciones del día-.
Tras ellos, Byeong Hun An (67 golpes, -9), Wesley Bryan (68 golpes, -8) e Hideki Matsuyama (71 golpes, -8) intentarán en la jornada del movimiento meter un zarpazo a la parte alta, pues un par de buenos hoyos seguidos les pueden dejar muy cerca del objetivo.
Aunque si hemos de hablar de un jugador en esta segunda manga este tiene que ser Tiger Woods (67 golpes, -5). Y es que el californiano, que empezó mal con un bogey en la primera bandera, fue remontando con el paso de los minutos hasta aparecer en el tee del 12 con un -5 en la tarjeta del día después de cuatro birdies y un eagle sin error. Pero entonces, justo cuando dio el golpe de salida en este par 3 y dejó la bola a poco más de metro y medio del hoyo para apuntarse el birdie, llegó la suspensión de la ronda debido al mal tiempo que ya asomaba por Dublin.
Tiger Woods desató la locura con un eagle desde la calle antes de la suspensión de la jornada
Al estadounidense le sentó mal, muy mal el parón. Y se reflejó claramente en la reanudación fallando el putt y otros tres más en lo que le quedaba de vuelta que le privaron de meterse en el Top 10 junto a los mejores. Eso sí, el ex número 1 del mundo se encuentra en el T24 y otra jornada similar le puede hacer meterse entre la crème de la crème sin solución de continuidad.
En el Rex Hospital Open del Web dot com Samuel del Val, nuestra única baza, no ha podido superar el corte después de un duro final de ronda con tres bogeys en los cuatro últimos hoyos y se marcha del torneo con las manos vacías.