Durante buena parte de la ronda sabatina pudimos ver a un Tiger fuerte, seguro de sí mismo y dispuesto a llevarse el Memorial para colocar su victoria número 80 en el PGA Tour, que se dice pronto. El californiano empezó con el eagle en el hoyo 5 y fue subiendo el nivel hasta aparecer en el tee del 16 con cuatro birdies más en su casillero. Y es que las estadísticas hablan por sí solas.
El ex número 1 del mundo tuvo un porcentaje de acierto de calles cogidas de casi un 86 por ciento, mientras que de greenes en regulación fue de un 83 por ciento. De hecho, solo flojeó en el green, donde dos bogeys finales deslucieron un poco una vuelta que fue fantástica en todos los aspectos.