Este jugador zurdo tenía uno de esos golpes que llamamos imposibles, de los que necesitan precisión sobre todo si tienes en cuenta que tienes tres árboles delante. La jugada, como manda la lógica, no podía salir bien y quién pagó los platos rotos fue el cámara que se llevó un tremendo bolazo en la cara tras rebotar en uno de esos árboles. Las imágenes lo dicen todo.