El mundo es de los valientes debió de pensar Jon Rahm que sin dudarlo cogió el driver en el tee del 5 de Carnoustie con el que logró cazar el green. La bola, que voló hasta el mismísimo verde, sobrepasó las 400 yardas, exactamente 407, más de 372 metros. Un golpe que le valió el primer birdie de la semana al León de Barrika en la 147 edición de The Open ¡¡Bestial!!
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