Lo cierto es que es difícil encontrar más emoción en una primera jornada de un Major. Y es que, a pesar de que al final Adrián Otaegui no ha podido salir al campo después de que no se haya producido ninguna baja de última hora -aunque a punto estuvo después de la odisea vivida por Johnny Vegas para llegar al tee-, los cuatro representantes de la Armada han tenido un día muy variopinto sobre las rápidas calles de Carnoustie. Eso sí, solo uno de ellos ha podido entregar una cartulina por debajo del par del campo.
Se trata de Jon Rahm (69 golpes, -2), quien bajó de los 70 impactos después de una ronda muy meritoria en el turno de tarde. El León de Barrika, llevando a cabo desde el primer instante un juego muy agresivo –no hay más que ver la tremenda salida desde el tee del hoyo 3, con la que llegó a green con el driver-, fue acumulando durante el transcurso del día diversas oportunidades de birdie. Ahora bien, le faltó tino en los metros finales.
Rahm: “Mi error ha sido pensar demasiado en la estrategia. Ahora hago lo que quiero hacer”
El vizcaíno convirtió cuatro birdies por solo dos bogeys, lo que le sitúa en estos momentos en el Top 8 del evento, a tres impactos del estadounidense Kevin Kisner (66 golpes, -5), único jugador en alcanzar esta cifra después de un acierto colosal en las inmediaciones de bandera. El norteamericano solo necesitó 22 putts para sobreponerse al bogey del 5 con un eagle y cuatro birdies y ser el mejor jugador del jueves sobre el campo escocés.
Por lo que respecta al resto de la actuación de la Armada luces y sombras para los nuestros. Pues mientras que Jorge Campillo (72 golpes, +1) ha tenido un papel más que digno en su debut en un Major al entregar una tarjeta con tres bogeys y dos birdies, tanto Rafa Cabrera-Bello (74 golpes, +3) como Sergio García (75 golpes, +4) se complican -y de qué manera- la vida después de irse al T91 y al T111, respectivamente, y dejarse un serio compromiso para estar el fin de semana.