Quizá la historia le privó de algún Major en su plenitud como jugador, pero ahora Miguel Ángel Jiménez (69 golpes, -12) se lo está cobrando todo en el circuito senior donde, junto al alemán Bernhard Langer (68 golpes, -11), es uno de los deportistas que pelean semanalmente por la victoria. Y los Majors no están excluidos de esta ecuación. Ya lo demostró hace un par de meses en The Tradition, el primer Grande de la temporada, y lo ha vuelto a demostrar hace unos minutos en el Senior British Open.
En una plaza inmejorable, el Old Course de Saint Andrews -allí donde Seve Ballesteros se llevó su segunda Jarra de Clarete hace ahora 34 años-, con un clima acorde a las grandes citas en esta parte de Escocia -al cielo encapotado se le unió la lluvia en los primeros instantes de la ronda y el frío– y un gran desenlace, el jugador malagueño ha entrado de lleno en la historia del Golf al sumar su segundo Grande en un año que ya quedará para los anales de nuestro deporte.
Porque aunque El Pisha partió con dos golpes de ventaja respecto al grupo perseguidor encabezado por Langer, hay que sufrir lo indecible para derribar al jugador teutón, que desde bien temprano amenazó con conseguir su cuarto triunfo en este evento y su undécimo Major. Birdies al 1, 3, 5 y 6 ponían al centroeuropeo en el coliderato toda vez que Jiménez solo pudo salir con dos aciertos de los seis primeros hoyos. Pero en los dos últimos tercios cambió la partida.
Sobre todo porque el andaluz se empeñó en jugar un Golf preciso, sin fallos. Driver, hierro, putter… no había nada que se le resistiera al de Churriana, que terminó por desesperar a sus rivales después de embocar dos birdies más en el 9 y en el 12 para poner la ventaja en tres impactos -de hecho, pudo aumentar a cuatro, pero un putt errado de un metro en el 14 y y un bogey en el 15, sumado a un birdie del alemán en este mismo hoyo, puso todo en un puño-.
La ventaja estaba en la mínima expresión y para más inri Miguel Ángel se dejaba un compromiso serio para salvar el par en el 17, con Langer teniendo oportunidad de birdie en el 18. Todo se paró en ese instante y cuando los tres metros que separaban la bola del agujero parecían una distancia infranqueable, el español logró un increíble putt con el que sacó el puño y levantó a toda la grada de Saint Andrews. El 18 fue un trámite para él sabiendo el cuatro firmado por Langer. Con un par le valía. Salida a calle, approach a green y desde ahí dos putts. La Jarra de Clarete era suya y con él la historia de nuestro deporte.
Pingback: Cinco españoles a por The Senior Open y su jarra de Clarete
Pingback: Jiménez, Chema, Martín, Carriles y Feliu a por Senior Open
Pingback: Seis españoles a la conquista de la Jarra de Clarete Senior
Pingback: Seis españoles a la caza de la Jarra de Clarete Senior