Que la jornada del domingo fue una de las mejores de los últimos tiempos está fuera de toda duda, con el duelo a tres bandas entre Koepka, Tiger y Scott para hacerse con el trofeo Wanamaker como punto de encuentro. El público congregado en el Bellerive CC de San Luis así lo hizo saber a la salida del complejo. Pero no solo los que se congregaron en el campo de Misuri dieron fe de ello. Y es que las audiencias televisivas también reflejaron el impacto de tener a Tiger cerca del título.
Si ya en el Open Woods consiguió reventar la cuota de pantalla -logrando que la cuarta jornada disputada en Carnoustie fuese la más vista desde que el californiano se llevara a casa la Jarra de Clarete en el año 2000-, en su país no podía ser menos. A sus 42 años, el 14 veces ganador de Majors se echó el torneo a las espaldas para regalar a la gente parte de la magia que hacía tiempo que no lucía, mostrándose implacable con los hierros y certero con el putter para firmar un 64 con el que casi atrapar a Koepka.
Y esto se tradujo en un share tremendo para las televisiones y, más concretamente, para la CBS, poseedora de los derechos de emisión en Estados Unidos. En un informe publicado este mismo lunes, la cadena norteamericana anunció que las audiencias respecto a la misma jornada del año pasado habían experimentado un aumento del 69 por ciento, siendo las más altas desde el año 2009 -edición por la que, por cierto, también peleó el californiano hasta el final-. Números que hablan de las ganas que tiene la gente por volver a ver a Tiger en la pelea y conquistando un nuevo galardón.