Parece que fue ayer, pero en noviembre hará ya treinta años que el miembro del Salón de la Fama Curtis Strange se convirtió en el primer jugador de toda la historia del PGA Tour en llegar al millón de dólares de ganancias en una temporada. “Dentro de un par de años, esto que he hecho hoy lo harán cuatro o cinco muchachos. Sin embargo, todos se acordarán del primero que lo hizo. Será como pasa con Arnold Palmer cuando preguntas quién fue el primero en llegar al millón de dólares en su carrera”, decía por aquel entonces el jugador estadounidense.
Pues fíjense lo que son las cosas que estos “cuatro o cinco” de los que hablaba Strange se han multiplicado hasta límites insospechados. El aumento de los premios en toda la gira y los numerosos eventos que se juegan semanalmente han favorecido que este deporte sea uno de los más jugosos en cuanto a los emolumentos que reciben sus integrantes. Y es que a estas alturas cualquier campeonato principal de la gira le otorga al ganador más de un millón de dólares.
Esto ha favorecido que en la temporada 2018 se haya batido el récord de jugadores por encima del millón: ¡ni más ni menos que 114! De hecho, todos los que van a paticipar en el Dell Technologies de esta semana, segundo escalón de la FedEx Cup, jugarán ya por encima de esa estratosférica cantidad. Una cifra que, por cierto, se ha traspasado ya por 556 golfistas a lo largo de toda la historia, según datos aportados por GolfDigest USA.
Y en este 2018 dos españoles se cuelan en la lista -los únicos que han conseguido clasificarse para los PlayOff-. Jon Rahm, que ocupa el puesto 15 con más de 3,66 millones de dólares, y Rafa Cabrera-Bello, en el 51er lugar, con 2,15 millones. Eso sí, ambos muy lejos del podio de esta cotizada lista, con los estadounidenses Justin Thomas (8,15 millones), Dustin Johnson (7,49 millones) y Brooks Koepka (6,67 millones) en lo más alto.