El golf español ha conseguido su cuarta medalla en un Campeonato del Mundo Absoluto Masculino y lo ha hecho en el campo irlandés de Carton House Golf Club de la mano de Ángel Hidalgo, Víctor Pastor y Alejandro del Rey, ganador a su vez de la medalla de oro en el apartado individual. Nadie jugó mejor que el madrileño en una semana de ensueño.
Y pudo ser aún mejor, porque aunque la misión era de titanes, el trío español, capitaneado por Luis Méndez y entrenado por Salvador Luna, rondó siempre la medalla de oro, llegando a dominar la clasificación en algunos momentos del día, inspirado siempre por el juego sublime de un Alejandro del Rey que se ha dado a conocer al gran público mundial.
Dinamarca (-39), con los hermanos Hojgaard a los mandos en esta cuarta jornada, ha sido la justa campeona, la plata se la ha llevado Estados Unidos (-38) con una fulgurante reacción en los últimos hoyos, y España (-36) amarró el bronce superando la oposición de Nueva Zelanda (-35), que no encontró la magia de días anteriores.
La jornada fue un maravilloso ir y venir de noticias, a veces buenas, otras veces no tanto. Deporte en estado puro. Tan pronto hacía birdie un jugador español como los neocelandeses recuperaban la inspiración o despertaba el temido ‘Dream Team’ estadounidense, ese que ha reunido a tres de los diez primeros del Ranking Mundial (Justin Suh, Collin Morikawa y Cole Hammer).
España comenzaba la jornada a tres golpes del líder, Nueva Zelanda, pero pronto esa distancia comenzó a menguar. Los tres birdies en los cuatro primeros hoyos de Alejandro del Rey, en combinación con un birdie de Víctor Pastor al 1, impulsaron con fuerza a España, que alcanzada la mitad de la vuelta marchaba en cabeza con un vertiginoso -35.
Pero quedaba por delante lo más difícil. No cejaban en su empeño ni italianos, ni daneses, ni norteamericanos, ni noruegos, ni por supuesto, los neocelandeses, que después de tres días en los puestos altos querían hacer algo más que firmar un papel destacado. Era el momento de los hoyos de la locura, de pegarse al livescoring y desgastar el botón de F5.
Esos hoyos finales fueron un desfile de nervios en todos los equipos implicados. Inmune a ellos era Alejandro del Rey, que se apuntaba un birdie tras otro. Ocho en el día para -23 al total y un dato para el recuerdo: solo dos bogeys en toda la semana.
Los bogeys de Víctor Pastor en los hoyos 10, 14 y 15, y el de Ángel Hidalgo en el 13 dejaban a ambos en el par del campo y al equipo en -33. Fue el momento más crítico del día, ya que coincidió con el estirón de Dinamarca, que se escapaba a -37 de la mano de un imparable Nicolai Hojgaard, siempre bien secundado por su hermano Rasmus.
Nuevos birdies de Alejandro del Rey y Ángel Hidalgo subían al ‘leaderboard’ el -35 con Dinamarca divisando ya casa club. El equipo nórdico dejaba el resultado en -39, que pasaba a ser el objetivo para los que venían por detrás. Con dos hoyos por jugar, el trío español sabía que debía arriesgar de lo lindo para hacer la gesta. Y, claro está, había mucho que perder; un par de bogeys podían alejar las medallas de plata y bronce.
Alejandro del Rey ató el bronce con otro birdie al 17 que, de paso, le otorgaba el primer puesto de la clasificación individual y le convertía, se puede decir así, en campeón del mundo individual. El japonés Takumi Kanaya, su gran rival, no pudo alcanzar ese -23.
Dentro de unos años en los libros de historia del torneo se recordará la semana de este joven madrileño enrolado en la Universidad de Arizona State. Lo mismo le ha dado jugar en el recorrido O`Meara que en el Montgomerie, la fábrica de birdies ha funcionado a pleno rendimiento en cualquier circunstancia.
Haciendo un símil que viene a la mente sin apenas esfuerzo, ha sido el Jon Rahm del Mundial de 2014, en el que el vasco fue ganador individual y España atrapó el segundo bronce de su historia. Antes lo había alcanzado en 1996, un resultado solo superado por la plata de 2004.
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Fuente: RFEG