“Todas las cosas buenas tienen un principio y un fin”. Con estas entrañables palabras publicadas en su cuenta de Twitter Craig Connelly confirmaba los rumores que salieron a la luz las últimas semanas sobre su posible separación del alemán Martin Kaymer, con quien consiguió dos Majors –PGA Championship de 2010 y US Open de 2014– además del Players Championship del año 2014 y la proeza de haber permitido que el teutón se subiera a lo más alto del ranking mundial en 2011.
Un fin de ciclo -que dirían los expertos- precipitado por la caída vivida por Kaymer en un 2018 que parece no tener fin y que dado al traste con cualquier posibilidad de meterlo por quinta vez consecutiva en el equipo europeo de la Ryder Cup -después de todo, el jugador centroeuropeo aparece en estos momentos en el puesto 146 del mundo y apenas cuenta con un Top 10 en los veinte últimos torneos disputados-.
Así pues, como ya han hecho otros jugadores a lo largo de los últimos años -véase el caso de Rory o de Phil Mickelson– se ha acordado lo mejor para las dos partes: un gracias por los servicios prestados y un hasta pronto. Porque aunque la relación profesional esté dando los últimos coletazos, la gran amistad que ambos han generado -basta seguirlos durante una ronda para darse cuenta del tándem que forman- es algo que no se va a perder.
Sirvan como ejemplo las palabras que le dedicó el jugador al caddie en una entrevista concedida al Telegraph durante el pasado Open para ver hasta qué punto llega su grado de aprecio: “Estoy muy agradecido por la relación que tengo con mi caddie, Crag Connelly. Hemos pasado por muchas cosas juntos y hablamos incluso de cosas privadas. El papel del caddie en el Golf profesional es muy importante… Y sin él no sabría nada sobre el fútbol escocés”.